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sábado, 13 de junho de 2009

DÍSCOLO - "KOS KOCA YILAN"

Entonces Zaratustra despertó y agradeció a la serpiente que le había mordido.
- ¿Por qué me agradeces Zaratustra si te he emponzoñado y estás sucumbiendo?
- Te agradezco por haberme despertado ya que tengo que seguir existiendo.
- No creo que vivas mucho – le dijo la sierpe.
- Moriré en mi momento – dijo el pensador – ni antes ni después y... ¿dónde se ha visto que un pitón mate a un dragón?

Última semana que coincido en esta vivienda con Fa-boa y mis hijos. Después de trece años de vivir mordido por este reptil tengo voz para dar una descripción de este personaje anómalo.

Voy a comenzar recitando sus atributos: Es un ser humano que puede hablar, caminar, reír y respirar entre otras cosas.

Muchas veces he imprecado la hora en que la conocí y por sandia filantropía le abrí las portillas de mi cobijo. Recuerdo las palabras de un presbítero: Nunca lleves a tu hogar a un mendigo ya que ignoras los conflictos que éste te puede ocasionar. No pensé en mí cuando le extendí patrocinio; más bien pensé en que ella requería mucho subsidio. Lo único que ha sabido hacer es picotear mi mano una y mil veces.

Un deletéreo defecto que creo haber tenido hasta hoy es el hecho de expeditamente arrinconar las ofensas. Si decidiera esforzar mi memoria y catalogar las veces que me hizo exacerbar y engullir mi basca no creo que una página baste.

Cien veces casi murió de carestía, la cebé y mientras comía me escupía una mirada llena de hiel. ¿Acaso tengo culpa de las cuitas y rasponazos de su puericia? Mas bien quise darle la oportunidad de ser feliz, pero desconocía que el ser humano que se abulta de tirria no sabe eslabonar, ni conoce la gratitud; sólo ve refractarios en sus semejantes aunque estos brinden aprecio y optimismo.

Creí haber incurrido en el peor equívoco al traerla al Brasil conmigo tan sólo para que mi infante tuviera la dicha de habitar cerca de su seno... Ahora veo que posiblemente ese lance me haya causado ramalazos, pero el flanco fructuoso es que jamás mi conciencia va a hostigarme, ni mucho menos mi delfín me ha de pedir cuentas.

Desfila toda áspera; cree ser la crisma de este hogar; me ojea con vilipendio; pide favores con tono de dar edictos; cree que se le deben algunos pertrechos; es soberbia y no consiente ningún espécimen de rapapolvo; no elabora sus lecciones esperando que yo lo haga. A veces, o mejor dicho, casi siempre me atropella y luego me pide dineruelo, le obstaculizo y me zahiere más, le doy poco: me vilipendia, le doy bastante: me piratea y no dice gracias.


¿Porque existe este tipo de sujetos? Busca acérrimamente algún tipo de pendencia aunque diga que de querellas está atosigada. Quisiera que Mi Señor me acceda refrescar mi memoria para que siempre tenga que abominarla; no quisiera olvidar que tengo que sentir sólo fobia por Fobiola. Me hurga constantemente y cuando no quiero hablar me dice que soy timorato y no hay quien embotelle su ennavajada lengua.

Esta mañana tuvo el desparpajo de decirme que yo no merecía piscolabis y en mis napias devoró su tentempié y me dijo que le pidiera por favor, sin embargo mis tufos le arguyeron que no quería comer nada. De repente llegó un amigo y nos invitó a almorzar con su tribu y porque mis hijos retozaran con los suyos accedí; ella exigió que llevara mi laptop para ver una película; le dije que no y coseché una mirada destemplada además de un par de epígrafes que no vale la pena escribir.

Al regresar a casa le dije que no contara con el peculio que había ofrecido suministrarle; giro la cara sin soplar voquible y con petulancia subió el volumen del televisor y comenzó a enturbiarme. Ella cree que a final de cuentas le voy a prestar el dinero para pagar sus altas deudas porque se ha apurado y suele apurarse su dinero en sus artilugios y espera el mío para cubrir los compromisos y a pesar de todo nunca dice gracias y urraca me llama.

Ahora voy a comenzar a exponer las pequeñeces que aprendí con ella: Asimilé que hay que hacer bien mirando a quien y hay que mirar muy bien. Empollé la distinción básica de dos tipos de personas: los de corazón noble y los de alma apolillada.

Cultivé que nunca hay que obsequiar nuestros esfuerzos. Me ilustré en la reacción ante las ofensas y no ofrecer el otro moflete. Deduje que la vida ha aglutinado serafines con demontres y uno de los dos se manifiesta muchísimo más en algunas personas. Juzgué que hay que admirar al refractario porque tiene una posición firme mas no así al grajo que crías y que no vacila en usurparte los ojos en la primera oportunidad que se le asoma. Profundicé que es mejor callar y no dar aljófares a los marranos. Ahondé que además de prójimo tenemos imprójimos. Estudié que la lástima que sentimos por nuestros imprójimos es uno de los peores percances.

Encuadré que estos buitres muchas veces nos sonríen y repetidas tandas atraen nuestra atención. Aprendí que tenemos que pensar muchísimo, antes de impulsarnos.

Me siento campante porque este Pedro Botero jamás me sustrajo una poesía aunque se haya llevado ventajas materiales. Soy feliz porque mi conciencia tiene armisticio.

Ahora me marcho a restaurar mi vida en mi nido y toda vez que me intersecte con este tipo de interfectos sabré no darles mi amistad y viviré siempre en pos de los corazones meritorios haciendo treinta denuedos por no ser yo el díscolo.

Asevero amar infinito y no hacer hipar a los serafines y repudiar a los indiantres sin importarme el distintivo social, ni grado de apostolado, ni filosofía de vida, ni apego religioso, ni mucho menos alguna distinción mentecata que algunas acémilas han creado y deslucidamente muchos han creído. Pues remacho que la única disimilitud, en mi parecer, está en el corazón de las personas, es decir en la capacidad de poder controlar sus impulsos animales y hacer buen uso de la amígdala en su cerebro. Tenemos que afinar el atributo de reconocer a estas aberraciones sin caer en el sofisma de maljuzgar a quienes merecen amor, terneza, cortesía, tolerancia, cariño, sustentáculo y todo lo favorable que Nuestro Productor nos ha destellado para desparramar.

São Paulo 7 ó 9 días antes de la fecha que no cabe mencionar.

Jaime Salazar.

quinta-feira, 11 de junho de 2009

Kaymanta ripusakmi. Susa susa tutamanta. Waqaspam kutirimusak.

Querida María Rodríguez por cinco años de Salazar:

Pues bien, acabo de hablar contigo y me has recordado que había prometido escribirte.

Bueno, para comenzar es mi deseo que la salud sea compañera de todos los que de tu liga gocen, también el metálico en la medida cierta no deja de ser primordial agregado, permíteme de igual talante desearles todo tipo de alegrías y complacencias hasta en los fragmentos más exiguos de sus días.

Estoy exportando con esta carta una abundancia de besos, abrazos, sonrisas y buenos deseos para mis tiernos hijos que, mientras yo viva, serán mucho más que mi propia existencia.

Albertito ya debe haber aprendido a escribir e inconcusamente está muy bonito; Lupita debe ya haber percibido que es una princesa y ha de estar dialogando muy fluidamente.

Me atañe saber que urdes con relación a tu futuro y al de nuestros pequeños, sabes muy bien que mi denuedo todo ha de ser dirigido a la bienandanza de los míos. Echando una mirada retrospectiva, me parece nebulosamente recordar que habíamos nuestra relación de pareja finiquitado no obstante, a través del teléfono me hiciste creer, o incautamente creí que aún había algún destello que con mi oxígeno podía ser la otrora pira que inocuamente nos achicharraba.

Poniendo todos mis sentidos en uso te cuento que he pensado mucho en varias posibilidades sobre el desenredo de nuestra novela, y soplado por un título de novela brasileña he ingeniado dos finales para que seas tú quien con una simple llamada al 0800XXXXXX, decidas por la primera ó 0800XXXXX1 Si tu inclinación es por la segunda. Você decide!

IA

Después de que Jaime hubo regresado del Brasil se encontró con María, quien a la sazón se veía más madura y atractiva, consciente de que ahora su vida se había puesto muy encantadora y versada de que todavía tenía que disfrutar de innumerables placeres terrenales, ducha de sus obligaciones para con sus hijos y con su familia.

Los que ya fueron pareja permutaron saludos y supieron que su relación sería sencillamente de padres de los niños; fue en ese momento en que María habló de todas sus disparidades con el varón que creía ella haber alguna vez amado. El amigo Jaime aceleradamente entendió y viablemente aceptó, mas bien sabido era que jamás iría a distanciarse de sus hijos, entonces he aquí lo que se convino a partir de ese momento:

Jaime retornaba al Brasil, porque era el andurrial que por lo menos le ofrecía raigambre económica ya que lo único que sabía hacer era enseñar lenguas; definió entonces perpetuar enviando la suma mensual y en lo posible ensancharla hasta que las necesidades de sus amados hijos aumentasen.

Una vez por año se encontraría con sus hijos para regodearse con la compañía de ellos y también poder compartir vivencias y hacerles notar que ese vínculo subsistiría inclusive después de haberse extenuado sus suspiros y respiros.

Entonces nuestra amiga encontró todo tipo de bendiciones por otro lado y con su familia fue intensamente feliz por varios años hasta que conoció nuevamente el amor y tuvo que vivir todos los sinsabores de la pasión, los celos y la vacilación nuevamente a cambio de ese trastorno que aún el homo sapiens no consigue descifrar ni mucho menos domar “ay el amor”.

Los niños se hicieron hombre y mujer, destinados también como el común de los mortales a saber por experiencia propia que la vida carece de importancia cuando nos la cuentan; que para conocerla es menester vivirla y aprovecharla. Pero con los consejos sabios de dos ochentones, geográfica y sentimentalmente disgregados, uno que otro desengaño les fue obviado. En cuanto a lo profesional quiso Dios que no les faltara el deseo ni las posibilidades para alcanzar sus metas y ser capaces de hornear su propio pan con bastante holgura. Fueron todos muy felices en esta historia, gozaron de la medicina moderna para prolongar sus días y no diré que fueron los Matusalem de este siglo pero sé, y me consta, que vivieron mucho y muy bien; por supuesto en la casa que hace años su padre les había proveído.

IB

Llegó Jaime al Jorge Chávez y con mucho reconcomio era esperado por sus amados, creo que se fueron a almorzar algunos mariscos del Pacífico o algunos chuños de los Andes; después de haber bailado al son de unos huaynos y marineras, María le dijo grandilocuentemente que había decidido marcar la fecha de los esponsales y que por unanimidad el Perú era y había por siempre de ser su hogar y su ámbito, pero nada impedía que sus fronteras se ampliaran y mientras él pudiera, agenciara el máximo lucro del Brasil cultural, económico y social y retornase a su terruño.

Soy deponente, jamás volvieron a reñir, ni a ofenderse ya que el rol de cada uno quedó diáfano y ambos se debían rendibú, deferencia y pasión; es más tenían que eximir por el tiempo perdido y educar a sus muy queridos y muy lindos hijos.

De cualquier forma ambos finales fueron felices y colorín colorado...

El Legado de Pierre.

Recibí un presente pasado: es decir un regalo que me transportó al pasado y si no fuera por el legado de Abelard ya habría lanzado el disco en la cara del bondadoso.

Oyendo esa melodía sentía como mi fortaleza se desmembraba. ¡Qué frágiles somos algunos! ... o muchos ante la dulzura de las cuerdas de una guitarra que en cuanto llora, revivimos glorias, tristezas o quizás miserias que permanecerán en nuestro registro mientras no seamos la materia ruginosa que dicen es nuestro destino.

Escurría de noche por las calles de una ciudad que no se llegó a entender bien conmigo a pesar de los muchos años que nos tributamos y prometimos mutuamente. También de noche por los cerros fríos de mi tierra hacia algún lugar llevaba la camioneta, talvez corporalmente lánguido por las orillas del lago ‘Langui’, pero esa canción le daba mucha tracción a mi alma y ahora a miles de kilómetros esa insolente canción quiere hacerme llorar, pero no porque quiera vivir esa memoria nuevamente, sino por la impotencia de saber que eso es sólo una memoria, así como cada detalle agradable o desagradable de nuestras vidas – que a veces pienso no tienen sentido.

Lima llegó a ser temiblemente silenciosa, me dio la oportunidad de hablarme, conversarme, contarme mis propios secretos, tuve la paciencia de escuchar estupideces: mías y de otros, descubrí que a veces sonamos graciosos, aunque en el fondo tengamos heridas; mas siempre la vida nos reserva nuevas aventuras.

Recuerdo haberte dicho que hacía este viaje tan brusco no por mí, sino por mis hijos; pues es verdad, hace poco lancé por primera vez el “Apóstrofe de Salazar Espinoza”: “Malditos egoístas que manejan destinos ajenos y aún nos hacen creer en cuentillos herodotianos o hesiodianos.” Gracias Tales por habernos desvinculado de la entelequia. Pero... ¿Porqué no escucho un “de nada”? ... ¡Porque Tales ya no es! Y parmenidíacamente nunca fue... entonces tampoco soy... ni somos... ni fuimos... ni seremos... Amén.

Dicen que el callar es una forma de mentir... somos acaso mentidos por nuestro creador... o no entendemos su lenguaje, el cuál es aparentemente simple aunque nunca nos lo corrobore. Aquí estamos especulando todo el tiempo, sabemos que no es fácil, uno de mis hijos toma mi mano y no le importa la eternidad. Allá están mis otros pequeños, incapaces de tomar decisiones... o mi mano.

Voy a seguir forzando hasta conseguirlo. Soy un hombre lleno de desperfectos. Sólo quisiera tener como única virtud irme de este mundo habiendo legado el deseo en mis hijos de infatigablemente adquirir virtudes.

Ya es la tercera vez que ahuyento mis lágrimas. Me pregunto por qué lloraría si esta tierra tiene toda clase de frutos para consolar y pecar, sólo que quiera hipócritamente aparentar que tengo pena del mundo y tristeza por la desdicha de aquellos que no consiguieron lo que quisieron, ¡pues no! No tengo la pretensión de sentir pena por alguien, ni Dios la tiene por nosotros. Ni quiero que la tenga porque me avergonzaría mucho y no sabría dónde esconder la cara porque Él todo lo ve.

Más bien estupidezco al ver como todos buscan materia creyendo que ella contiene los remedios, y aún diciendo: el dinero no es todo pero es importante. El dinero es importante así como un pedazo de carne le es importante a un león. Y como ese león no sabemos disfrutar aquello que la carne no nos da: el placer y la lucha por entender la archienmarañada complejidad de lo que aquel ser cuyo adjetivo debe ser inteligente elevado a la infillonésima, ha diseñado para nosotros... ¡no los seres humanos, sino los seres... ¿vivos?!... ¡mucho más talvez!

Cuando fui materialmente pobre, era muy rico en sencillez, amor, miedo, aventura, deseo de aprender, fe... Ahora que tengo un poquito de materia siento que soy pobre en aventura, miedo y sobre todo fe... he perdido mucha fe y eso me inquieta aunque aún tenga deseos de aprender y me esfuerce mucho por ser sencillo. Claramente consigo imaginar qué sería de mí si tuviera más dinero. Sería también muy rico en estupidez, vanidad e hipocresía y... grasa, pero pobre, muy pobre en fe y amor; y lo que más me dolería sería perder el deseo de aprender.

Bueno tía, mira pues como desperdicio mi tiempo escribiendo estas cosas, todo por una canción y por una mentira. Aquí en esta ciudad que es mi amante y le quiero ser fiel espero tu visita para contarte los detalles de mis responsabilidades para con mis hijos. Que no te sorprenda la doña Dina con mitos del Titicaca. No sé de que manera hacerle morder la lengua por haber orfaneado a mis adorables y nunca olvidados hijos.

Tu sobrino pues te quiere mucho y extraña muchas vivencias y anhela nuevas.

São Paulo, cierto día del año que no me importa.


P.S.L

¡Debe ser el calor que me ha hecho alucinar un poco!

Tratando de no ser. To not Be or Not to Be.

São Paulo 11 de junio de 2009

No quiero resignarme a ser un ser humano, agudamente emocional con humos de racionalismo como consecuencia del progreso durante nuestra evolución.

Estoy hondamente inclinado a creer que estamos movidos por el propio interés, la oportunidad de tomar ventaja y el egoísmo insolentemente presente en el amor aunque no lo queramos admitir; a final de cuentas el amor, es en mi parecer, una abstracción propia de nuestras mentes aún tiernas en su carrera hacia un nivel ajeno a todo lo que ya conocemos.

En circunstancias normales esperaría que ella sufra mucho y luego se arrepienta cuando de tiempo ya no disponga y sólo lamente el haberme perdido puesto que la amé intensamente, es decir lleno de egoísmo, pasión animal, impaciencia humana, desespero y celos límbicos, inseguridad, irresolución, duda, perplejidad y toda emoción que pueda venir a nuestras mentes. Fue el mayor pecado, el más dulce fruto del vergel, mi perdición, mi degradación, mi descuido personal, mi descenso a las tinieblas deleitables del reino en el que los animales relamen sus placeres.

Sin embargo voy a contradecirme con el mayor esfuerzo que la naturaleza me pueda dar, aunque sé de la imposibilidad de desprenderme de mi humanidad; creo conocer nuestra naturaleza semisalvaje, mas hoy comienzo a luchar por amarla de una manera ‘no humana’: quiero imaginarla llena de placer en los brazos del hombre que ahora ama, sé que quienes conocen a Leon Festinger van a decirme que simplemente estoy siendo victima de la disonancia cognitiva y este mecanismo me va a aliviar para continuar con cierta armonía en mi vida, pero es difícil hacerles entender y hacerme entender a mí mismo que no busco refugio, a final de cuentas como dice un amigo argentino el ser humano es un sorete y no hay quien escape, ¿cómo pues se puede ser mamífero y pensar como ovíparo?

Cédanme el alucinar que puedo tener aspecto de hombre, pero quiero aprender a proceder como un animal u objeto diferente. Insisto en que quiero amarla sin tenerla, sin necesitar de ella, sin esperar nada a cambio, sin una sonrisa suya, talvez con recuerdos virulentos de su parte, con enconos, con odio y deseos de que me sumerja en las rajaduras que encuentre en mi calzada.

Pienso mucho en ella, su ausencia me humilla, tanta nostalgia, toda vez que beso otros labios pienso en el fuego de aquellos besos de primates relucientes cuando pensaba que el amor era un sentimiento noble y desinteresado, divino y puro.

Ahora he percibido que el amor es realmente muy, muy humano, lleno de tóxicos; amamos lo que nos hace feliz, lo que nos da seguridad, lo que nos llena, lo que nos..., lo que nos, y lo que nos, siempre nos, nosotros, a nosotros, por nosotros, para nosotros, con nosotros, ¡Qué gorgojos tan currutacos somos! En busca de satisfacciones y la promesa de un mejor mañana, un paraíso, una reencarnación, una vida espiritual, en pos de la vida eterna a cambio del amor de nuestras ilustres acciones, y demandando de entidades superiores el pago por el merecimiento de nuestros actos.

Quisiera algún día conseguir mi objetivo de amarla de esa manera destacada y núbil que no existe en nosotros; sentir tormento y bostezo pero amarla, sufrir con imágenes en mi mente, pero amarla, ser humillado por cualquier necio pero amarla, ser digno de risa y burla pero amarla; ya sé lo que están pensando, creen que tengo madera de abnegado, mártir, masoquista, sacrificado o inmolado y como buen ser humano siempre voy a tener mi recompensa, la cual se traduce en tranquilidad moral, paz interior, y estabilidad emocional; entonces dirán esta sabandija humana es aun más ambiciosa que su calaña, mientras su banda se conforma con recompensas materiales, físicas, y emocionales, este bicho busca paz con su espíritu. Pero quiero confesarles que no creo en espíritus, ni tengo miedo a mi desintegración al morir para nunca más volver a existir como lo que soy, tampoco estoy frustrado ni amargado; es verdaderamente difícil tratar de explicar lo que uno quiere ser sin tener la microscópica chance de serlo.

Creo en la naturaleza y la vida eterna de infinitas formas, respeto la noción de entidades superiores e inferiores a la vez, mejores y peores a la vez, la complejidad del cosmos me fascina, pero ya no me aterra, no me siento ni más ni menos, sencillamente estoy disfrutando mis momentos, como buen animal pensante en busca de momentos de felicidad y bajando a la infelicidad de vez en cuando a cambio de mayor felicidad, tratando de conjugar mi emocionalidad con mi racionalidad. Mi único capricho al empezar a escribir estas líneas es tratar de demostrarme a mí mismo y a mis semejantes que puedo de cierta forma amar a seres totalmente desconocidos, que puedo un día transitar por las calles y aseverar que amo a todos los seres y entidades que surcan por mi camino.

¿Cuales son los riegos que voy a correr?

Si es que logro mi objetivo y alcanzo la estabilidad, va a quedar claro que buscaba paz espiritual, emocional o admiración a cambio de mi amor.

Si es que lo consigo sin aceptar la paz y tranquilidad; mas bien altivamente sobrellevo la humillación y el sufrimiento, voy a ser juzgado como un ser masoquista y creerán que talvez mi corteza frontal esté emponzoñada y eso haya sido mi motivación para haber amado de esa forma.

Entonces, Dios del cielo, noble entidad de la cual nada sabemos; ¿Por qué tenemos que ser tan egoístas? Claro que el egoísmo es ineludible puesto que somos nosotros quienes hemos de velar por nosotros mismos. ¿Dónde se encuentra aquel ser que ama sin esperar nada a cambio, ni siquiera el mínimo deseo de sentirse bien consigo mismo? Quiero conocer ese tipo de amor, pues sé que el amor humano es simplemente eso... amor humano con falsos atributos de nobleza y pureza...

Suponiendo que exista aquel ser que no espera absolutamente nada a cambio y ese ser o nuestro Dios, Vida, Naturaleza, Inteligencia, o como lo quieran llamar esté lleno de ese sentimiento, invariablemente estaría totalmente carente de egoísmo y al no ser egoísta fácilmente se entregaría puesto que sus componentes serían altamente altruistas...

O bien nuestro Dios está sucumbiendo ante nosotros por causa de su altruismo o también piensa en él mismo y para garantizar su estabilidad hace que nosotros sucumbamos ante la vida y como cualquier compuesto orgánico cumplamos nuestro ciclo y amén...

Entonces si los seres superiores también son egoístas, el egoísmo debe ser una virtud. Siempre oí hablar de paradojas, pero sólo ahora entiendo su real significado; una estupidez... ¡perdón! una paradoja es un instrumento que sirve para limitar y dominar la mente humana... No traten de entender, no se esfuercen en buscarle sentido... es paradójico; ¡NO! No es paradójico, simplemente no tenemos la intrepidez de aventurar nuestras ideas y entender desde millares de puntos de vista más profundos y diferentes.

El egoísmo es una virtud; pero una plaga humana ha sido por mucho tiempo el no saber entender la diferencia entre virtudes y defectos, que en innumerables veces se encuentra en la intensidad.

Entonces quiero y voy a reducir mi egoísmo, no voy a pretender aniquilarlo porque no quiero perecer ya que no hay razón para ello. Voy a seguir amando lo que me da placer físico, emocional, humano; no voy a esperar recompensa material por mis actos ya que mi pago es inmediato al sentirme bien conmigo mismo, no voy a pretender creer que voy a vivir otra vida, en el cielo, infierno, o cuando un nuevo Big Bang cree un nuevo hogar para mí con mi estrella repleta de hidrógeno; humildemente voy a ser por mí y para mí un insigne ser humano, voy a tratar de ganarme esta vida con dignidad y cuando mi final llegue y toquen a mi puerta los “desintegradores intergaláticos”, me iré con mucha altivez... pero... “me iré” quiere decir que continuaré por otro lugar...??? resulta que nuestro lenguaje esta plagado de estructuras e ideas que muchas veces no queremos expresar; no me iré! simplemente acabaré, finalizaré, me desintegraré, o más precisamente mis partículas y moléculas seguirán su vida sin su gobernador y buscarán nueva vida en otros organismos al ser ingeridos o atraídos en niveles atómicos o inclusive moleculares.

Nuestros átomos egoístas buscarán su propia estabilidad pero como carecen de corteza cerebral logran controlar con mucha facilidad su grado de egoísmo y no pisotean en los sentimientos ajenos para lograr su objetivo. El ser humano se esta alejando de la Naturaleza y por pisotear en sentimientos de su propia especie va camino al suicidio y la vergüenza por no haber atesorado la dignidad de la Vida.

Jaime Salazar en un placer mental infructuosamente tratando de no ser humano.