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quinta-feira, 11 de junho de 2009

Tratando de no ser. To not Be or Not to Be.

São Paulo 11 de junio de 2009

No quiero resignarme a ser un ser humano, agudamente emocional con humos de racionalismo como consecuencia del progreso durante nuestra evolución.

Estoy hondamente inclinado a creer que estamos movidos por el propio interés, la oportunidad de tomar ventaja y el egoísmo insolentemente presente en el amor aunque no lo queramos admitir; a final de cuentas el amor, es en mi parecer, una abstracción propia de nuestras mentes aún tiernas en su carrera hacia un nivel ajeno a todo lo que ya conocemos.

En circunstancias normales esperaría que ella sufra mucho y luego se arrepienta cuando de tiempo ya no disponga y sólo lamente el haberme perdido puesto que la amé intensamente, es decir lleno de egoísmo, pasión animal, impaciencia humana, desespero y celos límbicos, inseguridad, irresolución, duda, perplejidad y toda emoción que pueda venir a nuestras mentes. Fue el mayor pecado, el más dulce fruto del vergel, mi perdición, mi degradación, mi descuido personal, mi descenso a las tinieblas deleitables del reino en el que los animales relamen sus placeres.

Sin embargo voy a contradecirme con el mayor esfuerzo que la naturaleza me pueda dar, aunque sé de la imposibilidad de desprenderme de mi humanidad; creo conocer nuestra naturaleza semisalvaje, mas hoy comienzo a luchar por amarla de una manera ‘no humana’: quiero imaginarla llena de placer en los brazos del hombre que ahora ama, sé que quienes conocen a Leon Festinger van a decirme que simplemente estoy siendo victima de la disonancia cognitiva y este mecanismo me va a aliviar para continuar con cierta armonía en mi vida, pero es difícil hacerles entender y hacerme entender a mí mismo que no busco refugio, a final de cuentas como dice un amigo argentino el ser humano es un sorete y no hay quien escape, ¿cómo pues se puede ser mamífero y pensar como ovíparo?

Cédanme el alucinar que puedo tener aspecto de hombre, pero quiero aprender a proceder como un animal u objeto diferente. Insisto en que quiero amarla sin tenerla, sin necesitar de ella, sin esperar nada a cambio, sin una sonrisa suya, talvez con recuerdos virulentos de su parte, con enconos, con odio y deseos de que me sumerja en las rajaduras que encuentre en mi calzada.

Pienso mucho en ella, su ausencia me humilla, tanta nostalgia, toda vez que beso otros labios pienso en el fuego de aquellos besos de primates relucientes cuando pensaba que el amor era un sentimiento noble y desinteresado, divino y puro.

Ahora he percibido que el amor es realmente muy, muy humano, lleno de tóxicos; amamos lo que nos hace feliz, lo que nos da seguridad, lo que nos llena, lo que nos..., lo que nos, y lo que nos, siempre nos, nosotros, a nosotros, por nosotros, para nosotros, con nosotros, ¡Qué gorgojos tan currutacos somos! En busca de satisfacciones y la promesa de un mejor mañana, un paraíso, una reencarnación, una vida espiritual, en pos de la vida eterna a cambio del amor de nuestras ilustres acciones, y demandando de entidades superiores el pago por el merecimiento de nuestros actos.

Quisiera algún día conseguir mi objetivo de amarla de esa manera destacada y núbil que no existe en nosotros; sentir tormento y bostezo pero amarla, sufrir con imágenes en mi mente, pero amarla, ser humillado por cualquier necio pero amarla, ser digno de risa y burla pero amarla; ya sé lo que están pensando, creen que tengo madera de abnegado, mártir, masoquista, sacrificado o inmolado y como buen ser humano siempre voy a tener mi recompensa, la cual se traduce en tranquilidad moral, paz interior, y estabilidad emocional; entonces dirán esta sabandija humana es aun más ambiciosa que su calaña, mientras su banda se conforma con recompensas materiales, físicas, y emocionales, este bicho busca paz con su espíritu. Pero quiero confesarles que no creo en espíritus, ni tengo miedo a mi desintegración al morir para nunca más volver a existir como lo que soy, tampoco estoy frustrado ni amargado; es verdaderamente difícil tratar de explicar lo que uno quiere ser sin tener la microscópica chance de serlo.

Creo en la naturaleza y la vida eterna de infinitas formas, respeto la noción de entidades superiores e inferiores a la vez, mejores y peores a la vez, la complejidad del cosmos me fascina, pero ya no me aterra, no me siento ni más ni menos, sencillamente estoy disfrutando mis momentos, como buen animal pensante en busca de momentos de felicidad y bajando a la infelicidad de vez en cuando a cambio de mayor felicidad, tratando de conjugar mi emocionalidad con mi racionalidad. Mi único capricho al empezar a escribir estas líneas es tratar de demostrarme a mí mismo y a mis semejantes que puedo de cierta forma amar a seres totalmente desconocidos, que puedo un día transitar por las calles y aseverar que amo a todos los seres y entidades que surcan por mi camino.

¿Cuales son los riegos que voy a correr?

Si es que logro mi objetivo y alcanzo la estabilidad, va a quedar claro que buscaba paz espiritual, emocional o admiración a cambio de mi amor.

Si es que lo consigo sin aceptar la paz y tranquilidad; mas bien altivamente sobrellevo la humillación y el sufrimiento, voy a ser juzgado como un ser masoquista y creerán que talvez mi corteza frontal esté emponzoñada y eso haya sido mi motivación para haber amado de esa forma.

Entonces, Dios del cielo, noble entidad de la cual nada sabemos; ¿Por qué tenemos que ser tan egoístas? Claro que el egoísmo es ineludible puesto que somos nosotros quienes hemos de velar por nosotros mismos. ¿Dónde se encuentra aquel ser que ama sin esperar nada a cambio, ni siquiera el mínimo deseo de sentirse bien consigo mismo? Quiero conocer ese tipo de amor, pues sé que el amor humano es simplemente eso... amor humano con falsos atributos de nobleza y pureza...

Suponiendo que exista aquel ser que no espera absolutamente nada a cambio y ese ser o nuestro Dios, Vida, Naturaleza, Inteligencia, o como lo quieran llamar esté lleno de ese sentimiento, invariablemente estaría totalmente carente de egoísmo y al no ser egoísta fácilmente se entregaría puesto que sus componentes serían altamente altruistas...

O bien nuestro Dios está sucumbiendo ante nosotros por causa de su altruismo o también piensa en él mismo y para garantizar su estabilidad hace que nosotros sucumbamos ante la vida y como cualquier compuesto orgánico cumplamos nuestro ciclo y amén...

Entonces si los seres superiores también son egoístas, el egoísmo debe ser una virtud. Siempre oí hablar de paradojas, pero sólo ahora entiendo su real significado; una estupidez... ¡perdón! una paradoja es un instrumento que sirve para limitar y dominar la mente humana... No traten de entender, no se esfuercen en buscarle sentido... es paradójico; ¡NO! No es paradójico, simplemente no tenemos la intrepidez de aventurar nuestras ideas y entender desde millares de puntos de vista más profundos y diferentes.

El egoísmo es una virtud; pero una plaga humana ha sido por mucho tiempo el no saber entender la diferencia entre virtudes y defectos, que en innumerables veces se encuentra en la intensidad.

Entonces quiero y voy a reducir mi egoísmo, no voy a pretender aniquilarlo porque no quiero perecer ya que no hay razón para ello. Voy a seguir amando lo que me da placer físico, emocional, humano; no voy a esperar recompensa material por mis actos ya que mi pago es inmediato al sentirme bien conmigo mismo, no voy a pretender creer que voy a vivir otra vida, en el cielo, infierno, o cuando un nuevo Big Bang cree un nuevo hogar para mí con mi estrella repleta de hidrógeno; humildemente voy a ser por mí y para mí un insigne ser humano, voy a tratar de ganarme esta vida con dignidad y cuando mi final llegue y toquen a mi puerta los “desintegradores intergaláticos”, me iré con mucha altivez... pero... “me iré” quiere decir que continuaré por otro lugar...??? resulta que nuestro lenguaje esta plagado de estructuras e ideas que muchas veces no queremos expresar; no me iré! simplemente acabaré, finalizaré, me desintegraré, o más precisamente mis partículas y moléculas seguirán su vida sin su gobernador y buscarán nueva vida en otros organismos al ser ingeridos o atraídos en niveles atómicos o inclusive moleculares.

Nuestros átomos egoístas buscarán su propia estabilidad pero como carecen de corteza cerebral logran controlar con mucha facilidad su grado de egoísmo y no pisotean en los sentimientos ajenos para lograr su objetivo. El ser humano se esta alejando de la Naturaleza y por pisotear en sentimientos de su propia especie va camino al suicidio y la vergüenza por no haber atesorado la dignidad de la Vida.

Jaime Salazar en un placer mental infructuosamente tratando de no ser humano.

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